La llaman pipazo y su presencia en las calles está lejos de ser nueva. Sin embargo, en los últimos meses volvió a ser noticia por su relación con crímenes de extrema violencia: los casos de Milagros Basto y Brenda Torres, que comparten un trasfondo marcado por esta droga devastadora.
La doctora Andrea Vilkelis, jefa de Toxicología del Hospital de Urgencias, describió al pipazo como “terriblemente adictivo”, conocido en otras partes del país como paco. Se trata de un precursor del clorhidrato de cocaína, denominado “droga sucia” por su alto nivel de impurezas y su efecto letal en un plazo muy corto.
Efectos y consecuencias
Según Vilkelis, el consumo genera una intensa euforia que dura entre 15 y 30 minutos, seguida de una depresión profunda. “Tiene efectos neurológicos, se sienten muy bien y hasta alucinan, pero posteriormente hay una caída muy grande que los lleva a seguir buscando esta droga”, explicó.
+ MIRÁ MÁS: La madre relató la dura vida de Milagros Basto: drogas desde los 12 y una tragedia que la llevó “al fondo”
Médicamente, provoca infartos, ACV, pérdida severa de peso, debilitamiento de las defensas y un deterioro general que, según la especialista, reduce la expectativa de vida a entre seis meses y un año. “No comen ni duermen por consumirla”, advirtió.
El bajo costo es otra de las razones de su rápida expansión, ya que se consume “de a puchitos”. Para obtenerla, muchos adictos recurren a cualquier medio: delitos menores, otros violentos y hasta la venta del objeto personal o familiar que tengan a mano.
+ VIDEO: La explicación de la doctora Vilkelis:
