La historia de un joven cordobés con parálisis cerebral motriz, mostró una de las tantas situaciones de extrema vulnerabilidad que se viven en contextos de discapacidad.
Según relató su mamá, tras haber sido estafados con la promesa incumplida de un terreno y dinero a cambio de su vivienda, hoy sobreviven en una pieza, sin recursos básicos y piden ayuda urgente.
“Anduvimos por todos lados y nadie me dio una respuesta. Yo sé que mi hijo tiene sus derechos”, dijo entre lágrimas. Y agregó: “Nunca en mi vida pensé en llegar a esto. Mi hijo no tiene su silla, le han prestado. No tenemos ni una pava para tomar té. Estuvimos 20 días en la Terminal”.
La mujer contó que la pensión por discapacidad que recibe Diego es de 230 mil pesos. “Mi hijo no puede hacer su rehabilitación, seguir la facultad, no tengo plata, me fundieron y me dejaron tirada en la calle como un perro. Que vean lo que se siente y se sufre”.
Por su parte, el joven explicó con crudeza las dificultades que atraviesa: “Tengo parálisis cerebral motriz y necesitamos sillas importadas, que valen 11 millones. Necesito estar cómodo y no lo estoy”.
Pedido y cómo ayudar
El muchacho, que encuentra en el básquet su cable a tierra y parte fundamental de su rehabilitación, hizo un llamado directo: “Lo único que les pido con todo esto es ayuda a las autoridades. Les pido que se pongan una mano en el corazón y nos ayuden”.
Teléfono de contacto: 3513-125139.