Se cumplieron dos meses del hallazgo del cuerpo de Milagros Basto en un departamento del centro de Córdoba y su familia insiste en el reclamo de justicia. La joven de 22 años fue encontrada dentro de un ropero tapiado en la vivienda que alquilaba el ex policía condenado Horacio Antonio Grasso.
El 5 de julio, albañiles que trabajaban en un edificio de calle Buenos Aires al 300 dieron aviso a la Policía tras percibir un fuerte olor. Los investigadores hallaron una puerta tapiada y, detrás de ella, un armario sellado con cemento.
En su interior estaba el cuerpo de una mujer envuelto en mantas, atado con un cable y en posición sentada. Semanas más tarde, el 14 de agosto, la Justicia confirmó que los restos correspondían a Milagros Basto, quien se encontraba desaparecida desde agosto de 2024.
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A partir de esa identificación, la fiscalía imputó a Horacio Grasso —ex policía condenado hace 16 años por el asesinato del niño Facundo Novillo Cancinos— y a su hermano Javier, por su presunta vinculación con el caso.
En diálogo con Arriba Córdoba, la madre de Milagros, Mauricia, no pudo ocultar el dolor. “Estamos a la espera de que nos den los restos de Milagros así podemos sepultarla”, relató con angustia. Además, exigió que se esclarezca el hecho: “Queremos que se haga justicia por su muerte, creo que ningún ser humano merece morir de esa forma”.
+ VIDEO: el doloroso testimonio de Mauricia, la madre de Milagros Basto a dos meses del hallazgo del cuerpo:

La mujer destacó que los forenses todavía trabajan sobre las muestras para determinar si ha quedado algún rastro de ADN del verdadero asesino y así poder saber quién la mató.
Mauricia recordó también cómo fue la vida de su hija, marcada por dificultades, pero también por momentos felices. Contó que se hicieron cargo de Milagros desde que tenía apenas tres meses, hasta que a los 14 años decidió irse de la casa. “Pasamos con ella muchos momentos lindos. Como familia queremos justicia por ella porque es muy triste de la forma en la que terminó”, expresó entre lágrimas.
El caso, que generó conmoción en Córdoba, sigue bajo investigación. La Justicia deberá determinar cuál fue la participación de los hermanos Grasso y reconstruir los últimos días de la joven. Mientras tanto, su familia espera respuestas y reclama que no quede impune un crimen que describen como “aberrante y doloroso”.