Un grupo de 10 argentinos fue deportado de Estados Unidos por orden del gobierno de Donald Trump y arribó a Ezeiza en la madrugada de este jueves.
La medida incluyó a cinco personas que no tenían antecedentes penales, lo que generó reclamos de sus familias y críticas a la gestión del mandatario norteamericano.
El vuelo, un Boeing 767-300 de Omni Air International, partió desde Fort Worth, Texas, con escala en Bogotá y posteriormente en Belo Horizonte, Brasil, antes de aterrizar en la Argentina poco después de las 3.
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La Cancillería argentina coordinó el operativo para garantizar un procedimiento seguro y ordenado, mientras los deportados se reencontraban con sus familiares en la terminal privada.
De los diez argentinos, la mitad no contaba con causas judiciales ni antecedentes, pero fueron alcanzados por la decisión unilateral de la administración Trump.

Desde el entorno diplomático explicaron que la deportación se dispuso sin atender esa diferencia, ya que el proceso no depende del prontuario de los migrantes.
Entre los testimonios, uno de los más resonantes fue el de Maximiliano García, de 49 años, quien vivía en EE.UU. desde 2001 con permiso de trabajo vigente. Según relató, fue detenido por una “supuesta orden de deportación” de 2015, de la que nunca había sido notificado.
“Es extraño estar detenido en una situación tan inusual, porque esta gestión de Trump es una página negra dentro de la historia gloriosa de Estados Unidos”, afirmó. Y sentenció: “A los ojos de ellos, nosotros somos criminales”.