Un giro inesperado se produjo en la investigación por el crimen de Rodrigo Nicolás Capurro, un plomero de 36 años asesinado en marzo pasado en Los Polvorines. En las últimas horas fue detenida una trabajadora sexual de 33 años, acusada de haber sido cómplice del crimen que, según la Justicia, habría sido producto de una trampa para asaltarlo.
El ataque ocurrió la noche del 3 de marzo, en el interior de un Renault Symbol estacionado en una esquina. La víctima fue encontrada en el asiento del conductor con múltiples puñaladas en el abdomen, mientras que la mujer declaró en ese momento que todo había sido producto de un robo violento cometido por un desconocido.
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Según esa primera versión, un hombre armado lo había sorprendido, atacado y huido con una riñonera que contenía drogas. En el lugar se secuestraron tres cuchillos, dos teléfonos celulares y un envoltorio con cocaína. Incluso se llegó a barajar la hipótesis de un ajuste de cuentas ligado al narcomenudeo en la zona, aunque luego fue descartada.
Con el avance de la investigación y el análisis de cámaras de seguridad, según publico Infobae, los detectives detectaron inconsistencias en el relato de la mujer y concluyeron que no había dicho la verdad. La nueva línea de investigación sostiene que la trabajadora sexual habría actuado junto a un cómplice, un joven de 28 años, con quien planeaba asaltos contra clientes que contrataban sus servicios sexuales.
De acuerdo con la acusación, Capurro fue una de sus víctimas, pero la maniobra terminó de manera fatal. La fiscalía considera que la mujer habría facilitado la emboscada que culminó en el crimen.
Tras ser imputada quedó detenida y será indagada en las próximas horas. Mientras tanto, la Justicia continúa con las medidas para dar con su presunto cómplice, que también tendría un rol central en el homicidio.