La problemática del narcotráfico en los barrios más postergados del país volvió a estar en el centro del debate tras un contundente comunicado difundido por el Equipo de Sacerdotes de Barrios Populares y Villas de la Argentina. Bajo el título “El narcotráfico despenalizado de hecho en nuestros barrios”, el texto denuncia el retiro del Estado y el crecimiento del crimen organizado en zonas vulnerables. En diálogo con Telenoche, el vocero del Arquidiócesis de Córdoba, Munir Bracco, respaldó el mensaje de los curas villeros y alertó sobre una realidad cada vez más visible: “La droga está muy cerquita de todo”.
En la entrevista, Bracco remarcó que el documento de los sacerdotes está “en sintonía con lo que plantearon los obispos hace poquito tiempo” y señaló que el crecimiento del narcotráfico se da en paralelo al retiro de la presencia estatal. “Cuando el Estado se va corriendo, estos lugares son tomados por los mercaderes de la muerte, que muchas veces captan a los chicos que están solos, que están a la deriva”, aseguró.
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El vocero subrayó la gravedad del momento y la cercanía del problema: “Lo que vemos en la sociedad es que la droga está muy cerquita de todo, de los jóvenes. Uno cuando conversa con ellos, te lo dicen: es muy fácil el acceso”. En ese sentido, advirtió sobre las redes que atrapan a quienes consumen: “Cuando hablás con alguien que consume fuertemente y no quiere salir, hay una impresionante red de captación que hace muy difícil salir”.
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Durante el reportaje, Bracco se refirió a los recientes casos que conmocionaron al país: “Lo vemos, el caso de estas tres chicas de Buenos Aires y, hace poquito, estas dos chicas en Córdoba. Ojalá que nos conmueva porque es muy triste lo que está pasando, muy lamentable, y que nos despierte un poco porque esto es parte de la realidad”.
El vocero también llamó la atención sobre otro drama silencioso: la soledad de los jóvenes. “Lamentablemente muchos jóvenes están solos. Hay un alto índice de suicidio juvenil y de esto se habla pero no tanto. Hay adolescentes, niños sin familia. Terminan a la buena de Dios. Y con ese vacío tan grande, terminan siendo presa fácil de los mercaderes de la muerte”, denunció.
Para Bracco, la gravedad del problema interpela a todos: “Estas tres jóvenes pueden ser jóvenes conocidas nuestras, hijas, vecinas, amigas, compañeras de trabajo. Estemos atentos a nuestra realidad porque está cerca nuestro”. Y concluyó: “Lo que plantea el documento de los obispos es que el Estado tiene que estar presente. No podemos mirar para otro lado”.