La historia entre Pablo Laurta y Luna Giardina comenzó en 2008, cuando se conocieron a través de redes sociales. De esa relación nació Pedrito, que este martes 14 de octubre cumplió seis años. En 2021, la pareja se mudó a Uruguay, pero dos años después Luna regresó a Córdoba luego de sufrir una agresión. Lo denunció y la Justicia dispuso una orden de restricción junto a un botón antipánico.
En enero de 2024, Laurta violó esa medida al ser encontrado sobre el techo de la casa de Luna, donde permaneció escondido durante cuatro días. Fue detenido, pero un mes después recuperó la libertad. La fiscal Jorgelina Gutiez se basó en una pericia psicológica que aseguraba que “no revestía peligrosidad ni presentaba factores psicopatológicos graves”, por lo que no tenía impedimentos legales para liberarlo.
+ VIDEO: Especialista analiza casos de cómo perfiles psicopáticos pueden eludir pericias
Tras esa decisión, Laurta volvió a tener contacto con Luna en distintas ocasiones, incluso violando restricciones. Pese a nuevas denuncias, la fiscalía no consideró que existiera riesgo inminente. Hoy está acusado de tres homicidios: el de Luna, el de Mariel Zamudio —su ex suegra— y el de Martín Palacios, el chofer que lo trasladó desde Entre Ríos a Córdoba antes del doble femicidio.
+ MIRÁ MÁS: Condenaron al hombre que golpeó hasta matar a un cachorro de puma en Córdoba
La médica psiquiatra María Cecilia Guevara analizó el caso en diálogo con Telenoche y explicó por qué personas con perfiles psicopáticos pueden pasar controles periciales sin que se detecte el peligro real. “La salud mental es impredecible. En este caso vemos que había algunas señales, que estaba en este grupo (Varones Unidos), impresionaba tener un perfil sociopático y psicopático, pero no siempre hay cuestiones que hacen pensar que va a haber un desenlace como este”, afirmó.
Guevara explicó que, en estructuras de personalidad psicopática, hay una gran capacidad de simulación: “Son personas que tienen una estructura con una capacidad muy grande de simular y disimular. Entonces tienen un gran potencial para manejar señales, para poder controlar y, en cierta forma, tapar determinadas cuestiones”.
Por último, subrayó que el sistema pericial, aunque especializado, no es infalible: “Dentro del ámbito pericial hay personal capacitado y con herramientas, pero el sistema no es perfecto. Sobre todo en la psicopatía: el psicópata es un maestro en el arte de manipular”.
Este tipo de perfiles, agregó, requieren evaluaciones constantes y un seguimiento sostenido, porque pueden presentar conductas peligrosas sin que haya signos evidentes en una primera evaluación.