La trama detrás de la avioneta narco estrellada en Salta avanzó en las últimas horas con la imputación y prisión preventiva de los cinco acusados por el contrabando de 364 kilos de cocaína desde Bolivia. Entre ellos, los dos pilotos bolivianos que protagonizaron un error insólito que terminó de delatarlos. A ellos se le suman otros tres sospechosos que lo esperaban en tierra.
La jueza federal de Garantías N°2, Mariela Giménez, hizo lugar al pedido de la Unidad Fiscal Salta y dictó prisión preventiva para los pilotos Juan Pablo Quinteros Peredo y Henry Álvaro Mercado Cuajera, junto con los argentinos Julián Darío Mansilla, Jonathan Alejandro Gómez y Jorge Alberto Cuellar, considerados parte del brazo logístico en tierra de la organización narcocriminal.
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El episodio que destapó la investigación ocurrió el martes pasado en una zona rural de Rosario de la Frontera, cuando una avioneta con matrícula boliviana se precipitó a tierra tras volar a baja altura sobre una pista clandestina. El impacto fue brutal: la aeronave chocó contra un VW Gol Trend y una arboleda, provocando un incendio en el auto. Dentro del avión se encontraron tres bolsones con 136 kilos de cocaína, aunque la fiscalía comprobó luego que otros 228 kilos habían sido enterrados a unos 70 kilómetros del lugar.
Los pilotos lograron escapar del lugar, mientras que el resto de los implicados intentó simular una falsa denuncia de robo de vehículo. Mansilla, uno de los detenidos, se presentó en una comisaría diciendo que su auto había sido sustraído por hombres armados, pero los investigadores ya lo estaban siguiendo en el marco de la causa antidrogas.
Cómo los descubrieron
La fuga de los pilotos duró poco. Lesiones en los brazos los delataron, pero el error fatal fue intentar comprar una bebida energizante con dólares en un comercio de la terminal de ómnibus de Rosario de la Frontera. El gesto llamó la atención de la empleada, que alertó a la policía, y poco después ambos fueron arrestados.
Durante la audiencia, los fiscales Eduardo Villalba, Mariana Gamba Cremaschi y Florencia Altamirano detallaron que los acusados formaban parte de una organización narco transnacional, con roles claramente definidos: los pilotos introducían la droga desde Bolivia, mientras que los cómplices argentinos esperaban la carga en tierra, usando lonas para marcar la pista de aterrizaje.
Los magistrados calificaron el hecho como contrabando de importación de estupefacientes agravado por el número de personas involucradas y el uso de una aeronave. La jueza estableció seis meses de prisión preventiva y de investigación y autorizó nuevas pericias técnicas.
El fiscal Villalba destacó la gravedad del hecho y el nivel de organización del grupo. “Se trató del ingreso ilegal de una aeronave cargada de droga al espacio aéreo argentino, una clara evidencia del alcance transnacional de esta red”, sostuvo ante la prensa.
El caso, que comenzó con un accidente aéreo en una zona rural, terminó exponiendo una estructura de narcotráfico internacional con ramificaciones en ambos lados de la frontera.