Los cambios en los procesos de adopción en Córdoba que se implementaron en 2022 están dando resultados y las estadísticas lo muestran. Desde entonces, 360 niños y adolescentes encontraron una familia y hay otros 37 en proceso de vinculación.
Además, hubo un aumento del 76 por ciento en las sentencias de adopción en la capital y del 33 en el interior. Desde la Justicia destacaron que el hecho de que los medios de comunicación difunden las convocatorias, hizo que 16 mil personas ingresen al portal en lo que va de 2025 y también muestran flexibilidad cuando les cuentan que los niños tienen edades avanzadas o hermanitos.
A partir de las estadísticas, Noticiero Doce habló con padres y madres que adoptaron en el último tiempo y contaron sus conmovedoras historias repletas de amor y cambios para el bien de los menores.
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Familia de tres
Tomás es un papá que adoptó a Ezequiel, a quien conoció un día que fue a firmar papeles del trámite de adopción. “Es muy loco ver cómo una familia cambia la vida de un niño, cómo canta en la ducha, cómo hace amigos, esas cosas son las que te llenan el alma y te dicen ‘por acá es’”, destacó.
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También aseguró que un parte importante del vínculo es “respetar su historia”. “A Ezequiel jamás lo forcé a que me dijera nada, sino que él me fue contando. Fui adaptándome a su historia”, afirmó y siguió: “El hecho de adoptar a un adolescente es un poco tirar abajo ese mito de que es complejo”. En ese sentido, Tomás reconoció que para él no fue “para nada complejo”.
De ser dos pasaron a ser tres con la llegada de Manuel en 2024. Según contó el papá, los chicos no son hermanos biológicos pero vivían en el mismo hogar. “Para mí es un privilegio formar parte y que ellos me hayan permitido formar parte de su vida”, concluyó.
Papás de un adolescente
Pedro y Lucio adoptaron a Emanuel y desde entonces la vida de los tres cambió para siempre. “Adoptar a un hijo adolescente es un acto de amor puro”, comenzó Pedro y recordó: “Muchos me decían ‘uy Pedro, adoptar a un niño ya hecho’, y yo no creo en eso de adoptar a un bebé te permite hacerlo a tu imagen”. “Son imágenes que tienen que formar y forjar desde el amor más puro”, sostuvo.
Por su parte, su pareja, Lucio, dijo que en ambos casos -siendo papá de un bebé o de un adolescente- se pasan “noches sin dormir”. “Te vas a tener que adaptar de vuelta a ser una vida en base a tu hijo. Creo que debe ser más o menos lo mismo, lo único que no cambias pañales”, bromeó.
En ese sentido, Emanuel aseguró que sus papás son “los mejores del mundo” y que “no podría pedir algo mejor”. “Son aquellas personas que me iluminaron la vida, gracias a ellos formaron a esta persona que soy acá hoy en día”, expresó agradecido de la oportunidad que tuvo de tener una familia.

“Vida feliz”
Luz Esperanza es una pequeña que fue adoptada por Andrea y su esposo. Los tres son muy felices desde que lograron formar una familia y quedó totalmente en evidencia. “Nuestra hija es una bendición, ella es nuestra hija. Nos cambió la vida”, sostuvo la mamá.
“En el momento en el que nos dijeron que no podíamos ser padres de forma biológica me costó a mí más que nada como papá, pensaba ‘¿qué van a decir? ¿qué puede pasar?,’ pero nos animamos e hicimos todos los procesos de adopción”, recordó el papá. También comentó que en el camino para adoptar a la niña vieron a muchos chicos esperando a ser adoptados y por eso alienta a las personas a “que no se queden, que no pierdan el tiempo y den ese paso de fe”.
“Decir ‘voy a darle la familia que necesitan’, como uno también dice ‘yo quiero ser papá’ es poder decir ‘hagámoslo juntos”, reflexionó.
Por su parte, la pequeña Luz Esperanza contó que sentía que ellos podían adoptarla y así encontró “unos padres nuevos”. “Mi vida ahora es re feliz”, concluyó la niña alegre y en brazos de sus papás.



