En un hospital de Gualeguaychú, Entre Ríos un matrimonio presentó por escrito su negativa a que su hijo recién nacido recibiera las vacunas obligatorias de las primeras horas de vida.
Las dosis de BCG y hepatitis B, que deben aplicarse dentro de las 12 horas del parto, quedaron en suspenso mientras los padres defendían su postura basada en textos sin respaldo científico.
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Ante el aviso del hospital, el CoPNAF derivó el caso de inmediato al Ministerio Público de la Defensa, donde el defensor Pablo Pattini intervino y elevó la situación al juzgado de familia.
Así la jueza Florencia Amore ordenó asegurar la vacunación del bebé, incluso de manera compulsiva si no existía otra opción. Finalmente, los padres cedieron y permitieron que se completara el esquema.
No es un hecho aislado: en esa misma ciudad ya se registraron dos casos similares. En esas oportunidades, también fue necesaria la acción judicial para que las familias respetaran el calendario nacional de vacunación.



