Ramón Oscar Olivera murió atropellado por Yesica Loreley Quevedo el domingo cerca del barrio Santa Bárbara en Nordelta. El hombre iba a trabajar en tareas de mantenimiento de un barrio cerrado. La mujer, de 41 años, conducía alcoholizada su camioneta Jeep Renegade y quedó detenida en el acto.
La conmoción fue total, no solo por su trágico fallecimiento sino por el momento de su vida que estaba atravesando. La víctima cumplía 50 años en enero y se iba a convertir en papá a mediados de 2026.
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El día del accidente había hecho el mismo recorrido de todos los días: salió de la casa de su novia en Grand Bourg, Malvinas Argentinas, tomó tres colectivos y caminó un tramo hasta Nordelta. Estaba llegando al punto de encuentro con un compañero que lo buscaba para ir juntos a hacer las tareas de plomería, pintura y jardinería cuando lo embistió la conductora.

Su novia Paola estaba apenas de tres meses pero Olivera estaba entusiasmado por la llegada de su primer hijo. Nacido en Corrientes, la relación lo había hecho mudarse a Buenos Aires.
Era fanático de River y tenia 15 hermanos. Una de ellas, Marta, fue de las primeras personas en llegar al lugar del accidente. “Sus pertenencias estaban por todo el camino, el abrigo, los cigarrillos, el celular, el encendedor, los anteojos. Él estaba todo roto, con la cara destrozada” le dijo a Clarín.
Investigación
Yesica Loreley Quevedo perdió el control de la Jeep y se salió del carril, embistiendo de atrás al trabajador. Se montó un operativo policial que constató que la mujer tenía 0.63 gramos de alcohol en sangre y quedó detenida. Sin embargo, la liberaron bajo fianza pero sigue imputada por “homicidio culposo”.



