A fines de la década del 90´ el Potro Rodrigo invitó a Alejandro Romero a que componga una canción para su próximo disco. Él era el hermano de Alejandra, última pareja del cuartetero, y le presentó como primera colaboración, nada más y nada menos, que La Mano de Dios.
“Él conocía mis canciones a través de mi hermana que cantaba a la mañana. Él le preguntaba ´¿esa de quién es?´ y ella le decía ´esa es de mi hermano´ y fue así como Rodrigo conoció mi lírica”, contó el compositor al respecto de cómo fueron sus inicios trabajando con el cordobés.
El Potro no le había indicado a Alejandro sobre qué temática debía ser la canción por lo que le costó mucho empezar a componer, hasta llegar al punto de pensar en dejar la música y dedicarse a otra cosa. Romero pidió por una ayuda divina que lo oriente y, creer o reventar, la ayuda llegó. Según explica él autor, sintió una voz interna que le iba dictando los versos, hasta completar la canción. A medida que fue avanzando, el artífice de esta obra se dió cuenta que el tema que estaba escribiendo era para Diego Armando Maradona.
El compositor recuerda con emoción el momento en el que le acercó su trabajo a Rodrigo y este, con tan solo oírla una vez, se anticipó al éxito que iba a tener. “Cuando escuchó la canción muy emocionado me abrazó, me besó, dijo que iba a ser su último éxito y me dijo ´no sabes lo que hiciste´ porque yo no tomaba dimensión de lo que le había llevado”, detalló el autor quien además agregó que el Potro, como única condición para cantarla, le pidió que se sume a la banda como corista y lo acompañe en su gira.
Desde aquel entonces, el cuartetero y su cuñado pasaron a tener una relación aún más cercana, con la música como hilo conductor. Durante los meses siguientes realizaron muchos viajes, entre ellos Romero destaca uno a Estados Unidos, y otro a Tucumán, donde juntos escribieron Hospital de niños.
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Tenía que ser cuarteto
“Rodrigo era un gran intérprete de muchísima sensibilidad y sumándole el ritmo de cuarteto, que él lo emanaba, lograba representar la personalidad de Diego, hiper sensible pero también hiper alegre”, analizó el creador del tema, destacando la importancia del tunga tunga para el éxito del tema. “Creo que el ritmo del cuarteto era el ritmo que debía ser elegido, fue un plus para que trascienda y recorra el mundo en una alfombra mágica que es el ritmo del cuarteto”, agregó.
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Se dió el gusto
Años más tarde, en la previa del cumpleaños de una de sus hijas, Claudia invitó al creador del famoso tema para Diego a una celebración privada en su casa de Segurola y Habana.
Ese día, Alejandro había llevado la guitarra y cantaba lo que le iban pidiendo los invitados, hasta que apareció Maradona, que hasta el momento estaba separado de lo que sucedía. “Maestro maestro ¿no te puedo pedir yo una?¿no me cantas la mía?” recordó de aquel entonces el artista y contó cómo fue el momento de cantar para el 10. “Para iniciar a cantar tuve que cerrar los ojos. Por la mitad de la canción tuve el valor de nuevamente abrirlos, y descubrí que Diego estaba a medio metro mío disfrutando” recordó Romero quien lo describió como un “momento mágico”.