A días de una nueva fecha en la que se recordaría el cumpleaños de Sebastián, su hijo Germain conversó con Cuarteteando y abrió el corazón para compartir anécdotas, reflexiones y recuerdos cargados de humor, emoción y admiración. El artista no solo habló de su vínculo familiar, sino también de la figura imponente que su papá representaba, tanto arriba como abajo del escenario.
Uno de los momentos que más risas despertó fue cuando Germain recordó cómo Sebastián solía vestirse de forma extravagante todos los días, incluso para llevarlo a la escuela: “Revolucionaba el colegio”, dijo entre risas. Siempre impecable, con rulos prolijos y presencia imponente, el Monstruo mantenía su personaje en cada momento de su vida.
También contó que su padre era fanático de los autos y recordó una imagen muy de época: “Le gustaban mucho los autos. Tenía un Mercedes descapotable, siempre empilchado, siempre artista”.
Más allá de las anécdotas pintorescas, Germain también dejó espacio para la reflexión, reconociendo lo especial que fue crecer junto a una figura tan magnética:
“Ahora a la distancia lo veo como una vida bastante loca para nosotros poder tener un papá así. Era artista las 24 horas”, expresó.
Con admiración, destacó lo que para él define a un verdadero artista: “Para mí un artista es el que tiene una cosa magnética que vos no podés dejar de mirarlo. Y cuando pasa eso, vos sabés que ese tipo es alguien especial”.
Y cerró con una frase que resume todo: “Siempre lo digo: La Mona y Sebastián son los dos artistas que ha tenido la movida”.
El recuerdo de Germain es un homenaje desde el amor, pero también un testimonio del legado que Sebastián dejó en la historia del cuarteto y en el corazón de quienes lo conocieron de cerca.
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