Con una vida llena de viajes, desafíos y aprendizajes, Yuthiel Pérez compartió con Cuarteteando una charla íntima sobre sus comienzos, su paso por distintas bandas y su vínculo con la Argentina, país al que hoy llama su hogar.
Nacido en Camagüey, y criado en Santiago de las Vegas, en La Habana, Yuthiel creció rodeado de música. Recordó que en su país natal “se escucha de todo, desde Phill Collins hasta salsa”, y que su conexión con los instrumentos comenzó desde pequeño, cuando usaba ollas como si fueran una batería.
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Su madre solía decirle que “empezó con la música cuando ni siquiera sabía lo que era”. Más adelante, recibió su primera guitarra y, poco a poco, fue entendiendo que la música sería parte esencial de su vida. Aunque en sus inicios le interesaba más tocar y componer que cantar, con el tiempo descubrió su voz y su potencial artístico.
Participó en concursos, comenzó a estudiar canto y desarrolló un fuerte sentido de autocrítica. Se definió como una persona detallista y perfeccionista, capaz de repetir una grabación miles de veces hasta sentirse conforme con el resultado.
La travesura que recuerda hasta hoy
Entre los recuerdos de su infancia, el artista mencionó una anécdota particular: su padrastro era militar y jefe de una base de combustible. Un día, él y su hermano se subieron a unos tanques de guerra para jugar. Por curiosidad, abrieron una escotilla y comenzaron a mover palancas sin saber lo que hacían. “Nos sacaron de ahí a punta de escopeta”, contó entre risas, tras haber apuntado sin querer el tanque hacia la base.
A los 20 años, el cantante cubano llegó a la Argentina impulsado por una propuesta que surgió de una coincidencia. Su padre, médico, atendió en Córdoba a Manolo Cánovas, histórico empresario del cuarteto, y le habló de su hijo músico. Poco después, le ofrecieron venir al país para sumarse al proyecto de La Bomba.
Sin saber exactamente qué le esperaba, aceptó y se instaló en Córdoba. Con el tiempo, comenzó a familiarizarse con el cuarteto, un género que le resultó agradable y complejo a la vez, no solo por su ritmo, sino también por su valor cultural y emocional.
Tras un tiempo en La Bomba, decidió dejar la banda y regresar a Cuba, pero su pasaporte fue robado antes del viaje, lo que lo obligó a quedarse. Durante ese período, una familia de Villa Allende lo hospedó hasta que pudiera volver a encaminarse. Tiempo después llamó a una amiga quien le ofreció un departamento de estudiantes. Mientras tanto, consiguió trabajo en una empresa de relojes y siguió vinculado a la música.
El llamado que cambió su rumbo
En medio de esa etapa, recibió un llamado que marcaría su carrera: Banda XXI lo buscaba para sumarlo al grupo. Aceptó con la idea de quedarse solo dos años ya que tenía previsto un proyecto en Cuba.
Luego de un breve regreso a su país natal, donde viajó y trabajó en producción musical, retornó a Argentina donde se encontró con uno de los integrantes de Banda XXI y acordaron su retorno a la banda. El artista formó parte del grupo por aproximadamente 15 años.
En relación a su sentimiento por Córdoba afirmo que se enamoró de la provincia. “Viví en Buenos Aires, pero apenas pude me vine para acá. El olor de las sierras tiene algo especial. Lo convertí en mi hogar”, expresó.
Además de su carrera artística, Yuthiel contó que en su paso por Estados Unidos se dedicó al buceo comercial, combinándolo con la producción musical. “Arriesgué mucho mi vida, estuve al borde, con tiburones cerca, cocodrilos y cosas así”, recordó.
Durante la pandemia, perdió su trabajo en un estudio de grabación, pero logró reinventarse. Mantenía una doble jornada: por la mañana trabajaba en la empresa de buceo y por la tarde en otro estudio en Atlanta.
+VIDEO: mano a mano con Yuthiel en Cuarteteando
El valor de la familia y el futuro
Yuthiel se mostró agradecido con Argentina y en especial con Córdoba, donde encontró contención y afecto. Valoró la importancia que el país le da a la familia y a los vínculos: “Aquí la gente inventa cualquier excusa para comer un asado, eso vale oro”, dijo con una sonrisa.
Hoy, el artista trabaja en nuevos proyectos musicales y mantiene el deseo de llevar su carrera a otros países. “Me gustaría que mi trabajo no solo sea local y nacional, sino también internacional. Soy ambicioso en mi carrera. La música para mí es todo”.
Con una historia marcada por la perseverancia, Yuthiel logró convertir su talento, su esfuerzo y su amor por la música en un puente entre Cuba y Córdoba, el lugar que eligió para seguir soñando.