El próximo domingo La Barra festeja su aniversario número 25. Bodas de plata para uno de los grupos con más historia en el mundo del cuarteto. Este año, la cita es en Nueva Córdoba, al aire libre y abierto para todo público.
Pero no es la primera vez que la banda liderada por la Pepa Brizuela, Carlos de Piano y Adrián Moyano intenta hacer algo que otros nunca hicieron.
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En septiembre de 2004, La Barra logró lo que hasta el momento ninguna banda del género había podido: abrir las puertas del Teatro del Libertador San Martin para la música popular cordobesa. El coliseo mayor de la ciudad, joya y templo de la música clásica, la ópera y la danza, por donde pasaron muchas de las figuras más importantes del mundo.
Pero la hazaña no fue cosa sencilla. En aquella época, el cuarteto no era aceptado abiertamente en todos los ámbitos sociales.
El puntapié lo dio La Mona Jiménez, que, invitado, primero por Jairo y después por Julio Bocca, fue el primer cuartetero en pisar el escenario mayor. Pero había una materia pendiente en la cultura cordobesa, que tiene como género distintivo al cuarteto.
Si bien Carlitos había podido actuar allí, fue en el marco de una función ajena, y no en un show propio de cuarteto, de punta a punta.
Apenas se conoció la noticia, la polémica no tardó en llegar. La Barra festejaría sus diez años, primero con el grueso de su gente en Pajas Blancas y luego en el coliseo mayor de la Provincia el 27 de septiembre de 2004. Pero una parte de la sociedad cordobesa puso el grito en el cielo. Se temía que estuviera en riesgo la integridad del teatro.
Históricamente marginado, el público de cuarteto no se consideraba "apto" para comportarse como se debe en un recinto de semejante envergadura. "Me parece que no es el ambiente", "hay ciertas cosas que hay que preservar", "el San Martín es cultura, y eso no es cultura", eran algunas de las opiniones que se escuchaban en la calle.
Pero la discusión tomó mayor relevancia cuando parte del elenco del teatro amenazó con renunciar si el evento se concretaba. Músicos, bailarines y técnicos del teatro se oponían a que se realice un baile dentro del recinto lírico más importante del interior del país.
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Pero el show contaba con el aval del por entonces gobernador de Córdoba. "Unos días antes recibo el llamado de De la Sota, diciendo que me quedara tranquilo, que íbamos a tocar y no iba a renunciar nadie y que él mismo iba a estar en la fiesta", relata Carlos De Piano a quince años de aquel momento.
Y así fue. A pesar de los miedos y la resistencia, el show se hizo sin ningún inconveniente. Frente a un público distinto, elegido por protocolo de gobierno y no tan acostumbrado al fervor de los bailes, el grupo liderado por Javier La Pepa Brizuela dio un espectáculo que quedará para la historia.
"Se nos fue el amor" fue la canción elegida para abrir el telón. "La gente coreaba los temas, eso quiere decir que llegamos a toda clase social", expresó La Pepa, recordando la emoción de lo vivido. Más adelante, La Barra tendría otra oportunidad. En 2014 festejaría allí su segunda década, con menos resistencia.
Tras el éxito de la presentación, la polémica quedó atrás y el cuarteto demostró una vez más estar a la altura de merecer cualquier escenario, por más "sagrado" que parezca.