En el año 2002, cuando apenas nos estábamos recuperando del golpe que significó la partida de Rodrigo Bueno, uno de los máximos ídolos populares del país, la muerte volvió a golpear las puertas del cuarteto. En la madrugada del 8 de septiembre de ese año, Walter Olmos se pegó un tiro en la cabeza con una pistola calibre 22.
+ MIRÁ MÁS: Damián Córdoba recordó a su amigo Walter Olmos.
Con una infancia difícil y llena de carencias, logró imponerse en el mundo de la música de manera muy rápida. Fue el primero de nueve hermanos y su adolescencia la transitó en la calle, robando para comer y con algunos ingresos a la comisaría. De hecho, dicen que su pasión por el cuarteto la adquirió en un centro correccional de menores, cuando escuchó a La Mona Jiménez y decidió que cantar era lo que quería hacer.
Comenzó cantando en una banda catamarqueña llamada Los Bingos, pero su golpe de suerte sucedió cuando en un boliche El Potro Rodrigo escuchó un tema suyo y pidió conocerlo.Paradójicamente, El Potro Rodrigo lo presentó siempre como su heredero, sin saber que tristemente su final llegaría solo dos años después que el suyo. Juntos hicieron "Por lo que yo te quiero" en vivo y eso le dio el empujón para recorrer el país cantando. El cordobés lo presentó con un "Venga, pollo mío":
Su carrera dio un salto y en pocos años logró posicionarse a nivel nacional, llegando a hacer varios Luna Park. Pero el destino quiso que no. Una noche, en la habitación 22 del Hotel San Cristobal Inn antes de presentarse a cantar, se puso a jugar con un arma que un amigo le había regalado una semana antes "para que se cuidara".
Quienes estaban en el lugar aseguran que desde otra habitación escucharon que gatilló una vez y no salió el tiro. Minutos después, una explosión se escuchó y todos corrieron a su cuarto y ahí lo encontraron. Muerto con un tiro en la sien. Se cree que no era su intención suicidarse, un rato antes había llamado a su novia, Vanesa, para decirle que lo espere a desayunar después de los shows.
La "ruleta rusa" terminó con su vida cuando estaba en su mejor momento. Su familia nunca creyó en la versión de la policía, se habló mucho de una "mano negra" que intervino para que el arma que él pensaba estaba descargada, no lo estuviera. Eso ya nunca se podrá comprobar. Lo que si sabemos es que Walter en muy poco tiempo hizo mucho, y que su música quedará por siempre sonando, llevando alegría a las fiestas del país.