Los avances en la ciencia y salud están extendiendo la calidad de vida de las personas, lo que invita a repensar cuáles son los límites de lo que debe o no hacer una persona mayor. En otras palabras, quizás sea hora de escuchar al refrán popular que asegura que “viejos son los trapos”.
Candida Uderzo es el vivo ejemplo de esto. La señora de 100 años vive en Vicenza, al noreste de Italia, y consiguió algo impensado para muchas personas de su edad: renovó su licencia de conducir.
La jubilada obtuvo una prórroga por dos años más, según permite la legislación del país europeo. Contó que en la autoescuela donde realizó el trámite comprobaron que su salud mental está en perfecto estado, y que su visión es incluso mejor que la de muchas personas más jóvenes.
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Al ser consultada por el diario Corriere della Sera sobre qué la motiva a seguir manejando a tal edad, respondió: "Yo siempre he conducido porque me gusta ser autónoma y no ser una carga para mi hijo. La renovación me hace muy feliz y permitirá que me sienta libre más tiempo".
"Estar vivo significa disfrutar al máximo", remarcó.
Por otro lado, especificó que la única condición que le ha puesto su hijo es que siempre le avise cuando vaya a manejar, y que le diga cuál es su destino antes de salir. "Si no se lo digo me pondrá un GPS para controlarme", bromeó Candida.
La fuente de su “juventud”
La señora lleva una vida muy activa, y se ejercita regularmente. Anda en bicicleta y todos los domingos, a las 6 de la mañana, realiza una larga caminata.