A través de experimentos computarizados, expertos en neurociencias de la Universidad de Iowa, Estados Unidos, rastrearon el movimiento de los ojos mientras diferentes personas respondían a preguntas de verdadero o falso. Lo que ocurrió fue revelador: los que contestaron, ya que algunos no tenían que responder, tardaron el doble de tiempo en reconocer un nuevo objeto que saltaba en una pantalla.
Son cuatro centésimas de segundo (40 milisegundos) con consecuencias inmediatas, ya que cada vez que el cerebro se distrae, la persona tarda más para desentenderse de una acción e iniciar otra.
Los que contestaban a las afirmaciones tardaron en promedio 100 milisegundos para fijarse en un nuevo objeto en su campo de visión. Y no importa cuán básico sea el tema de conversación. Por eso los investigadores reforzaron la recomendación de no hablar por celular mientras se conduce.
“Los resultados sugieren que la razón por la que debemos tener cuidado al conducir y hablar al teléfono es que nos quita la atención de lo que importa en ese momento, y ocurre tan rápido que no nos damos cuenta”, explicó Shaun Vecera, encargado del equipo de investigación. Además, agregó que se genera un “efecto bola de nieve ya que “al final acabamos por no darnos cuenta de todo lo que está alrededor”.
El investigador y su equipo se basaron en estudios anteriores que ya probaron que el uso de celulares, incluso con manos libres, reduce el campo de visión de un conductor y crea una carga mental (los expertos lo llaman carga cognitiva), que hace que sean menos capaces de detectar y reaccionar ante la aparición de otro auto u objeto.
Los científicos señalan que aunque hablar con alguien (virtual o presencialmente) parece fácil, no lo es, ya que el cerebro absorbe información y a la vez construyendo una respuesta adecuada. "Es todo un esfuerzo, pero lo hacemos tan rápidamente que no comprendemos lo que supone", añadió Vecera.