Las vueltas de la vida siempre sorprenden y pueden llegar a ser muy emocionantes como esta historia. Un encuentro esperado, que generaba muchas dudas. Entre el miedo y la felicidad, finalmente se conocieron y se fundieron en un gran y conmovedor abrazo.
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Lily Ross enviudó embarazada luego de que su marido, Callen Ross decidiera acabar con su vida en 2016. Decidió donar los órganos de su difunto esposo y cedió su rostro, a pesar de sentirse horrorizada de verlo en otro cuerpo.
Diez años antes, Andy Sadness intentó suicidarse disparándose un escopetazo debajo de la barbilla. Sobrevivió pero sufrió graves secuelas físicas, con una cara completamente desfigurada. Cansado de vivir recluido y sin dejarse ver por nadie, se animó a someterse a una cirugía de trasplante facial. Una operación que duró 56 horas y que cambió su vida por completo.
Un año después, estas dos historias quedaron unidas por el mismo rostro. El donante adecuado para Sadness era Ross, con quien coincidía en edad, factor sanguíneo, color de piel y estructura facial.
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Dieciséis meses después de la operación, llegó el momento de un encuentro inolvidable. Temía mirarlo, acariciarlo, porque era un desconocido. Sin embargo, al mismo tiempo sentía que lo conocía mejor que a nadie en el mundo. Lily veía en el nuevo rostro de Andy a su marido, que la había abandonado: “Me hizo sentir muy orgullosa”, contó a AP.