En un mirador tres amigos compartían unos tragos y en el centro de la escena, en una caja, tenían a una momia prehispánica de más de 600 años de antigüedad. Con este particular escenario se encontró un grupo de policías en la localidad peruana de Puno, en el límite con Bolivia.
Según declaró el dueño de la reliquia, un repartidor, la tenía guardada en la casa de sus padres y la sacó para mostrarsela a los otros jóvenes. La trasladó en su mochila de delivery de la empresa Pedidos Ya.
Según el diario El Comercio, las autoridades la secuestraron de inmediato y se comunicaron con el Ministerio de Cultura. Especialistas confirmaron que los restos eran de un adulto de cerca de 45 años y poco más de un metro y medio de alto. Se presume que procede de la zona orietal de Puno.
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La momia fue declarada bien cultural y recibió una custodia "con la finalidad de proteger y preservar el patrimonio". De momento se desconoce a dónde será trasladada.
Tampoco se sabe si el joven que tenía el cuerpo recibirá alguna sanción. Aunque desde el Ministerio pidieron a la población "colaborar activamente en la defensa y protección" del patrimonio cultural y comunicar cualquier hallazgo de este tipo.