El teléfono celular se convirtió en la última década en un objeto indispensable para la vida de todas las personas. La dependencia es constante, y se ha vuelto un dispositivo cotidiano, pero también puede acarrear una grave amenaza para la salud.
El Programa Toxicológico Nacional del Departamento de Salud de Estados Unidos resurgió nuevamente el debate: el uso de los teléfonos móviles podría causar graves perjuicios para la salud.
El estudio llevo dos años y se hizo con ratas dentro de cámaras que emitían una radiación similar a la que las personas absorben en su vida diaria con sus teléfonos portátiles y los resultados fueron alarmantes: el contacto con las ondas radiactivas incrementan con claridad el riesgo de desarrollar algún tipo de cáncer. Los especialistas adjudicaron los problemas de salud a la radiación y añadieron que, curiosamente, en las ratas hembras se reflejaron daños menos nocivos.
El Dr. Ignacio Casas Parera, Jefe del Departamento de Neurología del Instituto de Oncología Roffo, consideró que el estudio "debe tomarse en cuenta, ya que los seres humanos estamos expuestos diariamente a estas mismas radiaciones de radiofrecuencia".
El informe fue avalado por el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer, dependiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), ya que, en 2011, calificó a la radiación de los celulares como "posibles carcinógenos para los seres humanos".
Pero, a esta versión se le contrapone la del Instituto Nacional del Cáncer (NCI) de Estados Unidos, en donde dice que la radiofrecuencia de la telefonía móvil trata de una energía no ionizante, de baja intensidad, y por ende "no daña el ADN".
En EEUU, desde 1992 no se registró un aumento en la incidencia del cáncer cerebral, pese al auge de la telefonía móvil. Frente a estas dos versiones la INC (Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos), alude a un sesgo en la memoria de los participantes, que no recuerdan con nitidez sus hábitos de consumo y además, afirma que se debe tener en cuenta que los celulares viejos operan con una radiofrecuencia más perjudicial que los nuevos smartphones.