Haber amantado a un hijo quizás sea el momento más puro, noble y amoroso que existe en la vida. Se trata de un recuerdo que las madres suelen guardan para siempre. Pueden atesorarlo en el corazón y, ahora también, dentro de un alhajero. En Córdoba, es posible encargar y adquirir joyas elaboradas con leche materna.
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Se trata de una moda que crece en el mundo, en la que con material genético se elaboran productos de alto contenido simbólico. Como el cordón umbilical, el primer mechón de pelos o los primeros dientes caídos de los niños, los accesorios modernos también son personalizados y conllevan una gran carga emocional.
Morena De Lisi es dueña de Vida Lunar, una productora de joyas cordobesa que elabora anillos, pendientes, colgantes, llaveros, dijes y pulseras con leche materna. Fabrica un promedio de cuatro piezas al mes, a un valor estimado entre los 650 y los 1500 pesos por cada unidad.
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“A partir de una muestra de leche, pelito, o lo que deseen atesorar, se prepara adecuadamente para su conservación, y luego el proceso de secado, pulido y finalización de la gema dura entre tres y siete días, dependiendo del modelo elegido” sostuvo la “orfebre de ADN”.
Son necesarios 50 milímetros del fluido materno, esterilizado y encapsulado en resina, como para que parezca una perla. "Primero lo hice para mí, después creé la página y empecé a elaborarlas al público", recordó De Lisi.
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