Hecho una bolita y acostado sobre el tapete de la entrada. Así encontró una familia de neozelandeses a un cachorro de lobo marino en la puerta de su casa, ubicada en la ciudad costera de Wellington.
Completamente enternecidos por la situación los dueños de la vivienda decidieron sacarle una foto que luego se viralizó en redes. Sin saber muy bien cómo proceder, se comunicaron con las autoridades.
Los especialistas en vida silvestre se hicieron presentes y constataron que el animal se encontraba en excelentes condiciones. Lo pusieron a resguardo y trasladaron a su hábitat.
La historia detrás de la foca
Desde el Departamento de Conservación de Nueva Zelanda compartieron los detalles del avistaje en Facebook. Pudieron determinar que la cría llegó desde la playa, ubicada a pocas cuadras.
Todo parece indicar que el ejemplar buscó refugio en el porche. Para hacerse camino hasta allí, tuvo que cruzar una avenida muy transitada.
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Los expertos señalaron que durante esta época del año las focas jóvenes y los machos dejan sus colonias. Aunque se trata de una especie que migra en grupo, son muy independientes y se los suele encontrar solos.
“Las focas son animales muy resistentes. Si ves una en tierra, recuerda que solo quieren descansar”, cerraron desde la entidad.