El físico es de caricatura. Su transformación se parece a la de aquellos obsesivos fisicoculturistas que prefieren las inyecciones a los pesas. Pero el cambio no fue consecuencia del actuar culposo de la vanidad. El cuerpo del buceador Alejandro Ramos cambió radicalmente debido a un accidente.
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Los músculos de este "Popeye" peruano parecieran inflados. En realidad, la gran hinchazón de su humanidad se debió al nitrógeno que acumuló por subir 36 metros de golpe sin hacer una descompresión adecuada.
Hace cuatro años atrás, Ramos tuvo una contingencia mientras pescaba y debió ascender rápidamente de las profundidades del mar. Como consecuencia de esta urgencia, su figura completa se deformó.
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No solo ganó 30 kilos y los bíceps le crecieron hasta los 72 centímetros, sino que la rutina y vida de este hombre cambiaron definitivamente. Lamentablemente, los tratamientos médicos fallaron y no existe solución para revertir el problema para sus fuertes dolores en las articulaciones y las dificultades para respirar.