Reza Aslan experimentó en carne propia las costumbres ancestrales caníbales de la tribu Aghori. Le frotaron la piel con cenizas de un cuerpo humano cremado para pasarle el poder del hombre fallecido y lo obligaron a beber alcohol en una calavera.
Además, observó azorado cómo en la extraña ceremonia religiosa los sacerdotes se comían sus propios excrementos.
Aslan abandonó la nota, cuando uno de los caníbales se enojó y lo amenazó con cortarle la cabeza.
En su cuenta de twitter, el periodista ironizó con la experiencia que vivió y escribió: “¿Quieren saber a qué sabe el cerebro humano? A carbón. Estaba ahicharrado”.
El comentario desató una serie de críticas y repudios de la comunidad hindú de Estados Unidos, que se sintieron ofendidos por tratarse de una comunidad milenaria. VIDEO