Prometía ser la solución ideal para olvidadizos, ligeros de carga y coquetos de pantalones sin bolsillo. Se trata del implante de un chip dentro de la mano para viajar en tren. Pero su uso fue sancionado por el guardia del transporte. Aunque peligroso, quizás le hubiera servido más el método más tradicional en el que su usa solo una parte de la extremidad: "hacer dedo”.
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La sugerencia, hecha en tono de broma, es menos insólita que la ocurrencia de un científico excéntrico. El australiano conocido como Meow-Meow se colocó el dispositivo electrónico para andar sobre el ferrocarril sin necesidad de portar la tarjeta. Le cargó dinero para viajar, pero fue multado por no cumplir con el medio válido de pago.
“La nueva tecnología puede asustar si no se entiende”, declaró el excéntrico investigador al Dailymail de Australia. Esta reflexión fue hecha después de ser castigado con el depósito de más de mil dólares en una corte de Sídney.
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La práctica, aplicada por este moderno hombre de 34 años, no es nueva. El biohacking es una moda incipiente que consiste en colocarse chips dentro del cuerpo para simplificar las actividades rutinarias. "Tendré un implante legal antes de fin de año para que no puedan detenerme. Hay una avenida que puedo recorrer legalmente ", sostuvo el desafiante pasajero.