Catherine Hettinger, oriunda de Florida, es la responsable del juego que es furor en todo el mundo: el fidget spinner. Hace 20 años ideó el juguete que hoy hacen girar millones de chicos en todo el mundo, por lo que uno podría imaginarse que se llenó de dinero, pero su realidad está muy lejos de eso.
La idea surgió como respuesta a la necesidad de entretener a su pequeña hija que sufría una terrible enfermedad autoinmune que debilita los músculos, la miastenia gravis: "No podíamos jugar juntas así que comencé a inventar cosas, luego otras y así se fue tomando forma la idea (...) Más tarde, mi hija comenzaría a jugar con esos objetos de una manera diferente, y yo los iba mejorando".
Su hija Sara, que fue la primera en jugar al fidget spinner, ya tiene 30 años y su pequeña nieta Chloe es quien hoy juega con su sencillo y exitoso invento.
Muchas cosas pasaron en todo este tiempo. En 1997 Catherine patentó el spinner y durante ocho años la conservó. En ese momento lo probaron unas 2 mil personas y una firma se interesó en fabricar el juguete, aunque luego dio marcha atrás. Desafortunadamente, en el año 2005 tuvo que venderla porque no tenía los 400 dólares para renovarla, por lo que le dieron unas pocas monedas por su invento.
Hoy el spinner es un negocio redondo y las ganancias para sus fabricantes millonarias. Y la creadora del invento, Catherine, afirma que le cuesta llegar a fin de mes. "Es un reto ser un inventor", declaró al diario británico The Guardian. "Sólo alrededor del 3 por ciento de las invenciones ganan dinero. He visto a otros inventores hipotecar sus casas y perder mucho. Es difícil", afirmó la creadora.
Más allá del desafortunado desenlace, ella asegura no guardar rencor a quienes se llenan los bolsillos con su invento, y sobre todo afirma que la hace muy feliz ver que es útil para muchos. "Varias personas me preguntaron: ¿No estás enfadada por todo lo que pasó? La verdad que no. A mí me complace que algo que diseñé sea para que la gente disfrute y los divierta", dijo Catherine.
"Hay un montón de circunstancias en la vida moderna, cuando estás en casa, agobiado, y necesitás este tipo de cosas para relajarte. También es divertido", agregó. A pesar de que Catherine no lo lamenta, asegura que su vida hubiese sido muy diferente si hubiese tenido el dinero o que alguien la hubiese financiado cuando inventó el primer spinner.