En los bares after hours de la Gran Manzana, los barmans muelen la raíz del Kava hasta convertirla en polvo, la mezclan con agua y la cuelan sin batirla. Tiene sabor a barro y algunos sienten arcadas sino lo beben mezclada con frutas.
A pesar del sabor, los que la probaron destacan sus propiedades. La bebida provoca una anestesia leve en la lengua y los labios, relaja y también da euforia. "Es muy relajante. No es como el alcohol o las drogas", opina la artista Sabrina Cheng, de 26 años.
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El kava es una bebida tradicional en las islas del Pacífico como Fiyi y se conoció en Occidente en la década del 90. Desde entonces, fue ganando un espacio en el mercado como una alternativa al alcohol.
Entre los clientes más fanáticos, están los adolescentes y millennials que toman menos que sus padres. “La raíz ha sido estudiada a fondo y es generalmente percibida como algo seguro y benéfico", dice Zbigniew Dumienski, investigador del kava en la Universidad de Auckland en Nueva Zelanda.