Johanna tiene 29 años y es de Minnesota y hace un año que vive en su habitación y no puede estar con su esposo por más de dos minutos.
Los médicos aseguran que la enfermedad no es rara, pero ella es alérgica a casi todo, incluyendo el olor de su marido.
La mujer padece el Síndrome de Activación Mastocitaria, una enfermedad inmunológica reconocida por primera vez en 2007. La única forma en la que puede sentirse un poco mejor es encerrándose sola en una habitación y sólo sale en caso de emergencia.
Su marido, Scott, vive en una sala en la planta baja de la casa y no puede acercarse, la única manera de contactarse es por medio de Skype.
Esto ocurrió de repente y Johanna empezó a notar que cada vez que su pareja entraba a la casa se sentía mal y la situación empeoraba.
A pesar de todo intentan compartir actividades en lugares distintos, como ver una misma película y comentarla vía internet.
Las únicas dos comidas que tolera son: cordero con pepinos y un tipo de carne vacuna acompañada de zanahorias, apio y unos pocos ingredientes más.
De todas formas, el médico que le diagnosticó la enfermedad dijo que todavía hay esperanza con tratamientos que se pueden probar para ver si la salud de Johanna mejora.