Con el corazón lleno de resentimiento, viajó desde Inglaterra hasta Estados Unidos en busca de venganza. Nicholas Morley, de 40 años, cruzó el océano con una identidad falsa para dañar una obra de arte, firmada por Christopher Wool y valuada en tres millones de dólares, que pertenecía a su padre.
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El ataque fue breve y certero. El rencoroso hijo ingresó a la sala Opera Gallery de Aspen donde se exponía la pintura y se dirigió directamente hacia el costoso cuadro. Con una navaja, tajeó dos veces el lienzo y huyó de inmediato. El episodio quedó registrado en video y permitió identificar al atacante.
Se desconoce qué motivó tanta furia en contra de Harold Morley, dueño de la pintura. El padre del agresor, de 74 años, se enteró en su residencia de Barbados que habíam arruinado la obra bautizada como “Sin título 2004” y que había sido vendida en consignación.
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En un principio, la víctima perjudicada económicamente sostuvo que la propiedad de la imagen era compartida con su hijo. Pero después se desdijo, comentando que Nicholas solo había participado del papeleo.
Posiblemente la bronca se haya alejado de los pensamientos del atacante. Aunque ahora su mente deberá trabajar en cómo esquivar el brazo de la Justicia que lo acusa de vandalismo.