Ryan Carney Williams compró un billete para regresar a Londres desde Keflavik. Como llevaba exceso de equipaje, la compañía British Airways le quiso cobrar 100 dólares más.
El pasajero decidió burlar la norma y se puso ocho pantalones y diez camisas. Sin embargo, los empleados se dieron cuenta y le impidieron subir. Discutió, hubo insultos y al final le negaron viajar con la excusa que tuvo un comportamiento grosero.
Al día siguiente, compró otro billete pero esta vez en la compañía EasyJet . Grande fue la sorpresa, cuando tampoco pudo subirse al avión. Le dijeron que era un pasajero con mala conducta y le negaron viajar.
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Carney se quedó varado dos días en Islandia. Tuvo que hacer una demanda a las dos compañías para que le devuelvan el dinero. Cuando consiguió el efectivo, pagó su tercer ticket y finalmente concreto su regreso a través de Norwegian.