¿Cuántos trabajadores, cuando llega fin de año, discuten con sus jefes por las benditas vacaciones? Bueno: nada de eso pasa en la panadería "La Unión" ubicada en Tolhuin, Tierra del Fuego.
Emilio Sáez es su dueño y tuvo un gesto inédito: en Puerto Madryn, construyó una casa de verano para que sus empleados la disfruten. La regla es quedarse hasta 10 días, en los que tienen todo pago menos la comida. Y viene con una yapa gigante: esos 10 días no cuentan como "vacaciones oficiales". También pueden invitar a la familia y amigos.
"Me gusta que la gente venga a trabajar contenta", destacó el jefe de la panadería.
Entre las comodidades, la casa cuenta con un jardín amplio, cuatro habitaciones y pileta climatizada. "Hace cuatro o cinco años, con mi contador teníamos un sobrante de plata. Porque en nuestra panadería no tenemos problemas, no tenemos que echar a nadie ni pagar juicios. Nos va bien. Así que se nos ocurrió construir la casa en un terreno que teníamos", le contó Sáez a La Nación.
"Nos gusta concentrarnos en el recurso humano. Hacíamos cosas similares desde hace tiempo. Al principio, cuando éramos tres o cuatro, compramos unas motos y nos fuimos todos a recorrer el país, por ejemplo. Ahora somos 30 y me gusta que la gente venga a trabajar contenta", detalló sobre la fórmula de la felicidad.
"Porque en nuestra panadería no tenemos problemas, no tenemos que echar a nadie ni pagar juicios. Nos va bien", agregó el jefe.
¿Qué dicen los empleados?
Jorge, que trabaja hace nueve años en la panadería, está chocho: "Está muy piola. Se nos incentiva a que salgamos un poco, a que desconectemos. Además a veces hay premios por el trabajo". Estela, la hermana del dueño, aseguró que su hermano "la salvó": "Yo vivía en Málaga, en España, y bueno, la crisis nos tocó a todos. Hace dos meses estoy acá. Y no me lo puedo creer".