María Amparo Plaza murió hace unos cuatro años en su casa de Valencia, España, pero nadie se percató de su ausencia. De casualidad, uno vecino vio el cadáver momificado de la mujer de más de 70 años y llamó a la Policía.
El testigo notó que en el patio de la anciana había ropa que parecía llevar años colgada. Luego, a través de la ventana de la cocina, vio unas piernas de una persona tirada en el suelo, informaron desde la Policía Nacional a el diario El País.
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Según este sitio, que las ventanas y las puertas estuvieran cerradas puede haber generado la momificación, evitando el habitual proceso de putrefacción que probablemente hubiera alertado a los vecinos por el mal olor. El cuerpo no presentaba signos de violencia, por lo que creen que se trató de una muerte natural.
Nadie lo notó. Sus vecinos pensaron que se había mudado y hasta el momento no se pudo localizar a ningún familiar. Lo curioso es que la mujer alquilaba la vivienda: durante estos años, la plata de la pensión siguió entrando a su cuenta bancaria y el alquiler se debitaba automáticamente de la misma.