El misterio terminó y por fin las autoridades de Japón pudieron explicar qué era la bola gigante que apareció la semana pasada en la costa y que sorprendió a todos en el país.
La incertidumbre reinó desde el miércoles pasado cuando una mujer divisó el objeto en la playa de Enshuhama, situada al norte de Hamamatsu, y dio avisó a la Policía para alertar la situación.
Las autoridades competentes se apuraron para colocar un cordón que impedía el paso e investigar qué era esa bola metálica que había aparecido de la nada en la playa japonesa.
Las sospechas fueron variadas desde el primer momento. "Está hueca”, señalaron especialistas que la examinaron y que temieron que el artefacto pudiera explotar. Pero ahora confirmaron que en realidad no es una bomba.
Después de algunos días en donde la confirmación no llegaba y todavía reinaba la incertidumbre entre algunos descreídos, finalmente las autoridades despejaron cualquier tipo de duda.
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Hiroyuki Yagi, de la Oficina de Gestión de Costas y Ríos de la prefectura de Hamamatsu, expresó al New York Times que efectivamente el objeto misterioso es una boya perdida.
La funcionaria nipona precisó que la bola gigante "acabará convertida en basura" dada su inutilidad.
Hasta que no se supo de qué se trataba exactamente, se dijo que esta bola metálica era una mina submarina, porque tenía dos puntos de enganche, uno en cada polo. Otros rumores apuntaron a un globo espía.