Con un diseño parecido a los anteriores, los nuevos smartphones poseen mejoras en la cámara, resistencia al agua, pantalla con notificaciones inteligentes y una batería de larga autonomía. Están refrigerados por líquido.
La renovación está por dentro y tiene como guía los pedidos de los usuarios: una cámara superpoderosa, un procesador más rápido para mover las aplicaciones, una batería más duradera y una carcasa a prueba de agua y de golpes.
También reincorporó el Galaxy S7 y S7 Edge dos características que ya venían en el S5 y que fueron eliminadas en los S6. La primera es su capacidad de sumergirse en el agua, en este caso hasta 1,5 metros de profundidad y durante media hora (certificación IP68), y la resistencia al polvo.
La segunda es la capacidad de insertar una tarjeta microSD, de hasta 200GB, gracias a un slot híbrido dual en el que también va insertada la tarjeta SIM. Los nuevos S7 y S7 Edge llegarán al mercado el próximo 11 de marzo con 32 GB internos y 4 gigas de RAM.
Cámara de fotos:
En cuanto a la mejora de la cámara, no se basa esta vez en la cantidad de los píxeles -12 megapíxeles en la trasera y 5 en la frontal- sino en la calidad de los mismos, un 56% más grande, que permite hacer fotos un 95% más brillantes. Fundamentalmente, con esta característica se consigue hacer fotografías mucho mejores en entornos de poca luz.
Para rematar “la mejor cámara montada jamás en un móvil”, Samsung incorpora un sistema de autoenfoque de tipo dual (Dual Pixel), similar a la de las cámaras profesionales Canon, lo que permite realizar el enfoque automático en mucho menos tiempo. Cuatro veces más rápido con respecto al Galaxy S6 en entornos de poca luminosidad y dos veces más en entornos de luz normal.
Los nuevos Galaxy, que estarán en blanco, negro y dorado, tendrán un precio de alrededor de 700 y 800 euros para el S7 y el S7 Edge, respectivamente. En diseño apenas son distinguibles de la gama que les precede salvo un leve aumento de la pantalla. El S7 presenta 5,1 pulgadas y el S7 Edge 5,5 pulgadas.