Quién iba a imaginar que aparte de las nueces, las almendras, las ostras, entre otros alimentos, existiría un pez mexicano que es enormemente codiciado en China por esta sustancia que aumenta el deseo sexual. Se trata de totoaba, un pez que en apariencia no es nada atractivo.
Traficantes asiáticos les compran a los pescados de México, siendo que el kilo cuesta entre 500 y 2.000 dólares, para luego revenderlo en el mercado negro por un valor cercano a los 60 mil dólares.
En el país asiático creen que la vejiga natatoria de este animal, cocinada en sopa, tiene cualidades medicinales, afrodisíacas y regenerativas: “Da mayor potencia sexual, disminuye el colesterol, mejora la circulación, rejuvenece la piel y otorga longevidad”, aseguran los expertos.
Sin embargo, detrás de esto que parece un beneficio para las personas, la pesca ilegal de totoaba amenaza con acabar con otra especie única en el mundo: la vaquita marina. Además, insisten en que el narcotráfico disminuyó a partir de este comercio porque lucran más con el animal que con la cocaína.