Robyn Malcolm es una fotógrafa australiana que estaba trabajando en la costa de Nueva Gales del Sur. Intentaba captar como se alimentaba un grupo de ballenas, 500 kilometros al sur de Sydney.
Hasta ahí todo normal. Salvo que, más tarde, al revisar las fotos encontró una que le llamó mucho la atención. Había registrado un momento maravilloso: un lobo marino surfeando sobre una ballena jorobada.
Geoff Ross, un experto en ballenas que trabaja para Vida Silvestre aclaró que la unión era muy rara, pero que había oído hablar de una vez anterior donde había ocrrido.
Ante los cuestionamientos sobre si la imagen estaba trucada, Malcolm insistió en que la foto no se alteró. "No sé cómo usar Photoshop y todavía tengo la foto en la cámara para poder probarlo", dijo al periódico local Sydney Morning Herald.