Una mujer de Nebraska, Estados Unidos, estuvo cinco años sonándose la nariz creyendo que tenía una alergia crónica o un resfrío, hasta que los médicos descubrieron que era mucho más grave, era una filtración de líquido del cerebro.
Kendra Jackson de 52 años estuvo padeciendo este problema y no podía salir de su casa sin una caja de pañuelos de papel, podría haber sufrido meningitis, por lo serio que era el inconveniente que padecía.
Todo comenzó después que la mujer sufrió un accidente automovilístico y empezó con la extraña alergia, una rinitis que parecía un goteo constante de su nariz, además de tener un dolor de cabeza insoportable.
Todos los médicos que consultó le decían que era alergia, recién cuando llegó a los doctores de oído, nariz y garganta de Nebraska Medicine, descubrieron el verdadero problema. Carla Schneider detectó que Kendra tenía una pérdida de fluido cerebrospinal.
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Por lo que Jackson entró al quirófano en Omaha para que le cerraran la fisura en el cráneo que permitía que el líquido cefalorraquídeo se deslizara por su nariz.
La operación se hizo por la nariz, gracias a cámaras e instrumentos de ángulos especialmente diseñados para otorrinolaringología.