La violencia volvió a ser protagonista en un partido del fútbol cordobés. Mientras los esfuerzos por controlar y cuidar se concentran en los partidos más importantes de la provincia, los encuentros de Liga Cordobesa son “tierra de nadie” y escenario propicio para que la barbarie tome el control. Eso mismo sucedió en el clásico Escuela Presidente Roca-Avellaneda, uno de los cruces más calientes e históricos del campeonato local.
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El capitán de los Diablos Rojos, el “Beto” Velárdez, contó la seguidilla de hechos de violencia de la que fueron víctimas luego del triunfo por 2 a 1 de los “Panza Negra”, resultado que quedó en segundo plano. “Fuimos a jugar un clásico y nos quedó una sensación fea”, expresó el ex-Racing de Nueva Italia al Show del Lagarto sobre los ataques de los barras del conjunto local.
Durante el partido, los violentos habían arrojado piedrazos y ladrillazos desde afuera hacia adentro de la cancha. “Le robaron a la paramédica nuestra. Los hinchas de ellos tiraron un sillazo de fierro al lineman, el partido se paró entre 20 y 30 minutos pero se siguió jugando. Había tres policías en un clásico de alto riesgo. Hay que prevenir, toda la vida fue un partido bravo de Liga Cordobesa”, agregó.
Pero la violencia no terminó ahí. A pesar de la victoria ante el eterno rival, los violentos acorralaron al plantel de Avellaneda en el vestuario visitante. “Estuvimos atrincherados como unas ratas. Los tres policías se fueron cuando terminó el partido, se fueron con los árbitros. Quedamos a la deriva de la barra”, contó Velárdez.
Después de 40 minutos aguantando en el vestuario los embates de los inadaptados, los futbolistas pudieron salir gracias al accionar de la Policía, que repelió a los violentos. “Pensé muchas cosas, el miedo siempre está. Era impresionante cómo estaba la barra contra nosotros. Me llevo una sensación fea. La Liga Cordobesa tiene que hacer algo”, cerró.