Lo que comenzó como un viaje de dos amigos terminó convirtiéndose en una multitudinaria juntada de hinchas de Talleres en el exterior. “Fue una locura increíble”, detalló Carlos Ahumada, un fiel seguidor de la “T” que dejó en pausa toda su vida en Estados Unidos para cruzar el mundo y ver a su equipo jugar en el Estadio Mario Alberto Kempes.
A horas de que Talleres y Newell’s jueguen la definición de la Liga Profesional, Carlos emprendió un viaje cargado de emoción. “Soy cordobés, vivo en Estados Unidos desde 1998 y estamos en una filial de Talleres de Florida, Tamarac se llama la filial”, explicó a ElDoce.Tv. “El día que vimos que ganamos contra Gimnasia empezamos a rompernos los dedos como locos en el celular buscando pasajes para venir a Córdoba. Yo dejé todo por Talleres. Dejó mi vida por Talleres”, contó.
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“Le dije a mi mujer que me iba de un día para el otro. También teníamos que explicar en el trabajo y no nos entendían esto de que nos íbamos de la nada para ver un partido de fútbol. En realidad somos cuatro amigos los que viajamos pero dos vienen más tarde porque no los dejaron del trabajo”, detalló.
En este sentido, relató con entusiasmo que jamás se imaginó que iba a terminar cruzándose en el camino con tantas personas que compartieran su misma pasión. “Yo estoy loco pero no soy el único, locos estamos muchos. De mi casa salimos siendo dos miembros de la filial y terminamos siendo más de 30 personas con la camiseta de Talleres cantando en medio del avión”, expresó con alegría.
La travesía de Carlos comenzó en el Aeropuerto de Miami, allí se encontraron con seis personas más pertenecientes a la filial de Talleres de esa ciudad. Luego volaron hasta Panamá donde realizaron una escala. Fue allí donde ocurrió un mágico momento. El grupo se cruzó con varios simpatizantes que estaban realizando el mismo viaje con el fin de ir a ver el partido. “Nos encontramos y nos abrazamos. Nos pusimos a cantar en medio del aeropuerto. Las personas de seguridad se pusieron nerviosas y es que nadie entendía nada. No entendían nuestra alegría”, expresó.
“Había familias que volvían a Córdoba de sus vacaciones y se sumaron. Incluso un hincha de Belgrano me dijo que él quería que ganemos, que se nos tenía que dar por la provincia”, añadió. “Después en medio del vuelo un chico se acercó a la cabina de los tripulantes y les preguntó si podía decir unas palabras por el micrófono. El piloto le dijo que sí y se dio todo un discurso muy bueno, muy emotivo”, cerró.