Se confirmó una noticia que sacudió al fútbol argentino: Miguel Ángel Russo falleció a los 69 años. El DT de Boca Juniors atravesaba una internación domiciliaria con pronóstico reservado, tras sufrir durante años las secuelas de un cáncer de próstata que había logrado superar.
El pasado lunes Club Atlético Boca Juniors, entidad donde Russo escribió el algunas de las páginas más gloriosas de su carrera como entrenador, había comunicado que el p estado en que se encontraba el DT era crítico.
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Nacido en Lanús el 9 de abril de 1956, Miguel Ángel Russo fue un símbolo de compromiso y profesionalismo en el fútbol argentino. Como jugador, desarrolló toda su carrera en Estudiantes de La Plata, donde disputó 420 partidos y conquistó dos títulos: el Metropolitano 1982 y el Nacional 1983. Tras su retiro en 1989, se lanzó a una carrera como entrenador que lo llevó a dirigir más de mil encuentros oficiales a lo largo de más de tres décadas.
Su mayor consagración llegó en 2007, cuando condujo a Boca Juniors a ganar la Copa Libertadores, convirtiéndose en uno de los tres entrenadores en lograr ese trofeo con el club. También ganó títulos con Vélez Sarsfield, Rosario Central, Millonarios de Colombia y tuvo pasos importantes por clubes como San Lorenzo, Lanús, Estudiantes y Universidad de Chile. Su trayectoria fue reconocida por la seriedad de su trabajo, su bajo perfil y la admiración de jugadores y colegas.
En su último regreso a Boca, en 2025, Russo había vuelto a ganarse el cariño de los hinchas tras una gran campaña en San Lorenzo. Su legado no se mide solo en títulos, sino en el respeto que cultivó en cada club por el que pasó.
La muerte de Miguel deja un vacío enorme en el fútbol argentino, pero también el recuerdo de un profesional íntegro, un formador de grupos y un apasionado del deporte que marcó a varias generaciones.