Andy Murray se consagró campeón en Wimbledon tras aplastar al canadiense Milos Raonic en la final por 6-4, 7-6 (7-3) y 7-6 (7-2). De esta forma, el escocés repitió el título conseguido en 2013 y se convirtió en el primer británico en alzar más de una vez el trofeo desde 1930.
La tercera fue la vencida para Murray. Había perdido las dos finales en los dos primeros Grand Slam del año, Australia y Roland Garros, frente al mismo verdugo: Novak Djokovic. Pero esta vez, sin el serbio en su camino, fue implacable en su propia tierra.
Para el número dos del mundo, según el ranking de ATP, fue su tercer título de Grand Slam, en once finales disputadas, tras el US Open en 2012 y Wimbledon en 2013.
Murray aseguró que disfrutará más este título que el conseguido hace tres años en el All England. "La última vez sentí con mucho estrés y nerviosismo. Esta noche voy a disfrutarlo más que la última vez, lo aseguro", dijo entre lágrimas.