Daniel Osvaldo protagonizó un escándalo en el partido que Boca disputó anoche por Copa Libertadores, ante Nacional de Montevideo. Tras regresar a la titularidad, tuvo actitudes polémicas, como retirarse de la cancha sin saludar o -según trascendió- fumar en el vestuario.
Cosas que terminaron por colmar la paciencia del entrenador, Guillermo Barros Schelotto, con quien además habría mantenido un cruce de palabras. En este contexto, los directivos le pusieron punto final al vínculo que venía muy desgastasdo.
Es que para esta segunda etapa en el club, la cual fue promovida principalmente por su amigo Carlos Tevez, los dirigentes le habían pedido que se mantuviera fuera de los escándalos mediáticos y adoptara la mayor profesionalidad posible.
Pero estuvo muy lejos de cumplir con esos aspectos, de hecho esta semana encabezó los sitios de noticias al filtrarse fotos de él desnudo, y encima en lo deportivo tampoco aportó demasiado, ya que estuvo más de dos meses lesionado. “Jugué bien los cinco minutos que tuve”, ironizó cuando finalizó el partido ante Nacional, sin imaginar que esas iban a ser sus últimas palabras como jugador de Boca.