El futbolista Lautaro Acosta fue denunciado hace un par de días por ejercer violencia de género contra su expareja. Este viernes, la mujer ratificó la acusación con su abogado en los tribunales de Lomas de Zamora y brindó un crudo testimonio de su calvario.
"No es un hecho. Fueron siete años. Al principio no es que vino y me pegó una trompada, me fue enamorando, era todo perfecto, fue todo de a poco", comenzó su testimonio Ludmila Isabella, quien tiene un hijo con el jugador de Lanús.
Según manifestó ante la prensa, primero se trató de "violencia psicológica". Describió que Acosta, con pasado en Boca y también en la Selección Argentina, al principio "se la agarraba con cosas" o "le pegaba a la pared".
Pero la situación fue a peor y reveló que después los golpes fueron para ella. "Un día me pegó a mí y de ahí nunca paró", contó Isabella con la voz entrecortada, y agregó: "Después de que me cagaba a trompadas me decía 'yo sé que te cagué la vida'. Él sentía bronca hacia mí, no sé por qué".
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Junto a su abogado, la joven aseguró que su objetivo es "que se haga justicia". Señaló que el delantero de Lanús minimizaba sus advertencias de que haría la denuncia porque "se sentía impune" y le decía que él tapaba "todo con plata".
"Yo cuando me amenazó la última vez le dije 'mirá que te voy a hacer la denuncia. Mirá lo de (Sebastián) Villa, vas a teminar así", sostuvo Isabella sobre lo que le dijo a su exnovio.
La historia de la pareja y la decisión de Lanús
Ludmila sacó a la luz su calvario a través de las redes sociales. Horas antes había realizado la segunda denuncia contra Lautaro Acosta por violencia de género. La primera fue en 2019, pero poco tiempo después volvió con el futbolista.
En esas historias de Instagram, reveló que sufrió "violencia física, psicóloga y económica" por parte del jugador y que tiene "fotos y audios para demostrarlo". "A mí ya me cagó la vida, me la arruinó, siempre voy a recordar esas madrugadas que me golpeaba sin parar", detalló.
A raíz de la acusación, el juez Gabriel Vitale le impuso a Acosta una restricción perimetral. Supervisado por la Policía, el ex-Boca se tuvo que ir de su casa porque Ludmila Isabella no tiene lugar para vivir.
Por su parte, Lanús, club en el que juega Acosta y del que es ídolo, publicó un escueto comunicado el miércoles por la noche y en las últimas horas ratificó que el futbolista no será parte del equipo que enfrentará a Unión de Santa Fe.