“Los chicos necesitan hacer actividad física”, “extrañan a sus amigos”, “hace mucho que no ven a sus profes”. Estas son sólo algunas de las expresiones que recibieron los profes de las escuelas de fútbol de Córdoba y que los impulsó a encontrar la manera de mantener los vínculos y la actividad física.
Los clubes de barrio, las escuelitas de fútbol y todos aquellos espacios que desarrollan actividades deportivas o artísticas cumplen con funciones que van más allá de la actividad física o las habilidades. Son espacios de contención.
“Los chicos no sólo comparten este momento como algo de fútbol sino que también es un espacio recreativo y abierto para puedan seguir vinculándose”, explica el profesor Juan Cejas de Eful.
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Grupos de WhatsApp, fuerte presencia en las redes y la utilización de aplicaciones de videollamadas parece ser la clave de aquellos que lograron virtualizar sus espacios. “Tenemos videos propios a través de los cuales los niños pueden verlos si no entendieron el ejercicio”, explica Agustín Díaz, profesor de Eful.
Esta modalidad además, permite seguir teniendo un mínimo ingreso económico que cubra los gastos de espacios que desde el comienzo de la cuarentena se quedaron sin sustento económico. En algunos casos se trata de una cuota social.
“Si otras escuelitas pueden hacerlo u otras disciplinas también está muy bueno y es muy recomendable”, dice Nicolás Canessini, profesor de la escuela de fútbol Nino.
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