La exnadadora estadounidense, Sarah Ehekircher, a 30 años de su calvario, ha revelado varios detalles escalofriantes de los abusos sexuales que padeció por parte de su antiguo entrenador, Scott MacFarland.
Ehekircher, hoy de 51 años, presentó una demanda civil en la Corte Superior del Condado de Orange contra MacFarland por el abuso sexual sufrido cuando era menor de edad, negligencia e infligir intencionalmente angustia emocional.
La deportista publicó una columna en The Guardian donde relata esos años oscuros de su vida.
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“Todo en lo que podía pensar era en ir a los Juegos Olímpicos. Ese es el cuento de hadas que los entrenadores ponen ante cada niño de ojos estrellados que se convierte en nadador. Un sueño que los entrenadores con malas intenciones ejercen absolutamente en su beneficio, preparándolos con la promesa de convertirse en un gran nadador mientras te derrotan y provocan actuaciones de las que no sabías que eras capaz. Los entrenadores utilizan comportamientos depredadores para que los niños hagan cualquier cosa que les pidan. Lo sé porque me pasó a mí”, explicó.
“Los abortos fueron una parte muy dolorosa y traumática de mi vida".
Sarah Ehekircher relata que su madre murió cuando ella tenía 12 años, justo antes de que empezara a competir. Su padre se volvió alcohólico y formó pareja con otra mujer.
Se fue a vivir a la casa de una amiga y en ese momento le llegó la propuesta de Scott MacFarland: la invitó a vivir con él a un departamento de solamente una habitación. Sarah, de por entonces 16 años, dijo que sí y se convirtió en un “blanco fácil” para su entrenador.
Allí empezó su tortura a nivel emocional. MacFarland la hacía subirse dos horas a una bicicleta fija después de entrenar y la pesaba antes de cada cena.
“El punto era quebrar la confianza en mí misma para que él pudiera abusar sexualmente de mí más adelante”, dijo Ehekircher en The Guardian, donde reveló que fue violada por primera vez en una competencia de natación en California.
Después de aceptar una beca de natación para la Universidad de Arkansas, Sarah quedó embarazada de su entrenador. Él la llevó de regreso a Colorado para abortar. Ocho meses después, interrumpió un segundo embarazo.
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“Los abortos fueron una parte muy dolorosa y traumática de mi vida, se convirtió en una maleza que se hacía cada vez más grande. En 1999, fui hospitalizada en Virginia después de mi primer intento de suicidio”, confesó Ehekircher.
En 2010, hizo una denuncia formal en la entidad y McFarland admitió que habían tenido relaciones sexuales pero insistió en que Sarah tenía 18 años.