Una de las tantas promesas que quedó en el aire ante el escándalo que rodea a Generación Zoe es la de Zoe Atletic Club. Ese nombre llevó el proyecto que la compañía del prófugo Leonardo Cositorto lanzó en Villa María, con la ilusión de participar en la liga local.
En un puñado de días, las aspiraciones de grandeza se convirtieron en allanamientos, detenidos y la sospecha de una estafa piramidal a gran escala.
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Diego Graieb, ex jugador de Talleres que siguió vinculado a los proyectos futbolísticos tras su retiro, explicó su vínculo con Zoe en Noticiero Doce. "Empecé el proyecto junto a mi hermano y todo el grupo de trabajo en Villa María. Con la conformación y el scouting en todas las categorías, que de hecho se terminó de hacer", aclaró.
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"La continuidad de mi trabajo era poder desarrollar todo lo que eran las relaciones institucionales en España para la empresa", añadió, y reveló que se enteró de las denuncias por los medios.
Graieb reconoció la incertidumbre que le genera el escándalo y marcó que nadie de la empresa lo llamó. Sus contactos eran Claudio Álvarez y Silvia Fermani, hoy prófugos e imputados por asociación ilícita y estafa.
"Eran los líderes de la empresa, siempre estuvieron. En un momento parecía Disney, nos fueron brindando herramientas que veíamos un poco inalcanzables porque es un club de liga, y se comportaron como un club de elite", reconoció.
A Cositorto, en cambio, admitió haberlo visto solo una vez: "Me lo presentaron Claudio y Silvia antes del proyecto, cuando íbamos plasmando lo que se podía hacer. Nunca más hablamos con Leo".
Por último, el ex jugador sostuvo que nunca participó de los negocios con llamativas ganancias (al menos 7,5 por ciento mensual en dólares) que prometía Zoe. "No me interesaba entrar en la parte financiera, yo hacía el trabajo deportivo y nada más. Sé que mucha gente que trabajaba en la empresa lo ha hecho", reveló.