La muerte de Kobe Bryant (41) y su hija Gianna (13) el pasado 26 de enero conmovió al mundo. Además, otras siete personas murieron tras aquel accidente en el que cayó el helicóptero en el que se transportaban.
En las últimas horas, la oficina forense de Los Ángeles dio a conocer los resultados de las autopsias de las nueve víctimas y detalló un dato clave: todos fallecieron en el acto.
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Por lo tanto, el informe descartó la posibilidad de que alguno de los ocupantes haya podido ser salvado si los servicios de emergencia hubiesen llegado antes al lugar.
El helicóptero viajaba a 296 kilómetros por hora, lo que indica la violencia del impacto, que fue fatal al instante. “Traumatismo con elemento contundente”, explica el documento difundido.
Pero además, un dato curioso que demostró la autopsia es que Bryant tenía un medicamento en su cuerpo. Se trata de metilfenidato, utilizado para tratar el trastorno por déficit de atención y el síndrome de narcolepsia, que es un trastorno crónico del sueño que provoca somnolencia excesiva durante el día y causa episodios repentinos de sueño.
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También se detalla la escena con la que se encontraron los forenses. Huesos rotos y partes del cuerpo desmembradas, sumado al fuego que se provocó tras el impacto, hicieron que en un principio no sea fácil de reconocer los cadáveres.
Aquel 26 de enero el helicóptero despegó en medio de una intensa niebla y muchos especialistas indicaron que el viaje no se debería haber iniciado porque no era seguro. La aeronave cayó en California, cuando se dirigía hacia la academia Bryant para un torneo de básquet.