La historia se remonta a 1997. Ese año, Diego Armando Maradona viajó a Córdoba para iniciar el proceso para volver al fútbol profesional. Bajar de peso y controlar sus excesos era la prioridad antes de retornar, por última vez, a Boca Juniors.
En el centro médico de bienestar Posada del Qenti, el Diez estuvo dos semanas. Quien encabezó el equipo médico fue Mariano Robman, que este martes recordó aquella experiencia en Noticiero Doce.
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"Maradona manejó su vida hasta que hizo el paro, hasta ese minuto mandó a todos. Hizo lo que quiso. Esa es la parte que a mí me da pena, porque la vida de Maradona, del astro, fue una montaña rusa", describió.
Sobre aquella internación, contó que "vino con un plan de desintoxicación, anti estrés, a buscar la paz de la montaña y a entrenar". La dieta incluyó un "plan detox" y también hubo un programa respecto a "su entrenamiento, sus horas de descanso, su comida, los permitidos, si podía salir o no".
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Sin embargo, no todo salió como estaba planeado. "Él se estaba preparando con miras a volver a una cancha después de mucho tiempo, pero nos dimos cuenta de que Maradona pesaba y pechaba. No era 'hacé esto, lo otro'; Maradona era una persona que arrastra y quiere hacer lo que él quiere", se sinceró el médico.
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"Lo esperabas a las 7 de la mañana y aparecía a las 11. Después de una semana no lo pudo bancar y se desbarrancó un poco. Entonces los resultados no iban a ser lo mismo, todos lo conocemos y sabemos de sus excesos", marcó, y fue contundente al apuntar contra aquel entorno de Diego: "En ese momento lo ayudaba a tener esos excesos".