Las imágenes no son aptas para impresionables y lo aclaramos desde ya: en la noche del lunes ocurrió una de las peores lesiones de la historia de la NBA. La víctima fue el pivote bosnio Jusuf Nurkic, de los Portland Trail Blazers.
Luego de saltar para tomar un rebote, rozó a un rival en la caída y el mínimo desbalance le provocó lo peor: su tibia y peroné literalmente explotaron y su pierna se partió. El resultado (victoria para Portland 148-144 sobre Brooklyn en doble tiempo suplementario) fue una anécdota: todos los compañeros y rivales siguieron jugando conmocionados por la lesión.
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Ahora, el gigante emprenderá una recuperación que, se estima, le llevará al menos un año de trabajo. El golpe lo agarró en el mejor momento de su carrera, ya que a los 24 años promedia 15,6 puntos, 10,4 rebotes y 3,2 asistencias.
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